Desde que volvimos de vacaciones Marc nos había pedido en muchas ocasiones que le comprásemos una, y tanto Toño como yo le decíamos que se la pediríamos a los Tres Reyes Magos porque no queremos que piense que va a tener cada cosa que pida, se pasa el día pidiendo y hay que frenarlo un poco.
No hay que decir que le colgué un cartelito de "reservada" y la metimos para el almacén hasta que la viese Toño por la tarde.
Así que por la tarde nos fuimos los cuatro, Marc se quedó alucinado cuando la vió y no se bajó de ella ni para pasarla por caja, pero como ya era muy tarde...
La estrenó al día siguiente y los dos se lo pasaron genial echando unas carreras en la plaza.
De ahora en adelante ya podremos salir los cuatro juntos, cada uno con su bicicleta.
De ahora en adelante ya podremos salir los cuatro juntos, cada uno con su bicicleta.
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